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Al torno. Camino a la «Nueva Normalidad»

Mucho tiempo parece haber pasado desde la última vez que estuve «por aquí»… han sido dos meses en los que, pensar en escribir y publicar, con la que estaba y está cayendo, me ha hecho incluso sentirme mal conmigo mismo. Cuando le dedicas una parte importante de tu tiempo libre a un espacio cómo este, no es fácil canalizar ese tiempo y energía en algo nuevo. Finalmente, acabé por ser una víctima más del pan horneado en casa y la repostería…

No es esta una publicación «al uso» de lo que me caracteriza. No me gusta publicar si no es para aportar algún contenido aprovechable desde el punto de vista de un pescador… pero tampoco vivimos tiempos «al uso»… Negación – Ira – Negociación – Depresión y Aceptación… se corresponden con las 5 fases identificadas de cualquier duelo… y es curioso cómo dichas fases tambien se aplican a la crisis sanitaria en la que nos encontramos. De negar la realidad de la crisis en sus inicios, a buscar culpables, a pensar en lo que habría pasado sí… o y sí… a ser conscientes de la realidad y, finalmente, aceptar la «normalidad» que vivimos y nos espera en el futuro.

En lo que a mi respecta, pasé por las 3 primeras etapas del tirón… negarlo no sirve de nada, de buscar culpables ya habrá tiempo cuando esto acabe y, por último, pensar en lo que habría pasado si esto se hubiese gestionado de otra forma, puesto que no es factible retroceder en el tiempo, ahora mismo no tiene el más mínimo sentido. De todo esto habrá tiempo… probablemente, a más de uno habría que encerrarlo y tirar las llaves, a algún otro habría que despedirlo y se le tendría que caer el pelo, pero, en mi opinión, ahora es el momento de intentar «parar» esta desgracia y dedicar tiempo, a los enfermos primero, y a los muertos después.


En mi caso, puede decirse entonces, que entré de lleno en la fase de depresión. Incertidumbre por lo que está por venir, sanitaria y económicamente, tristeza por lo perdido y vacío y desazón por no poder salir de casa, por no poder ver a mis padres, a mi hermano y a gran parte de mi familia que, residiendo en otra comunidad autónoma, están fuera de mi alcance durante, al menos, otros dos meses más. En estos momentos, «la depresión» se junta con el síndrome de abstinencia, la necesidad de ver el mar, de ver el río, de estar solo y mojar las manos, la necesidad de salir a pescar.

Es un período complicado, en el que canalizar la energía de forma productiva es muy importante para avanzar y «adaptarse» a esta nueva realidad. Aunque no he dejado de teletrabajar, con la actividad productiva en mínimos, he tenido muchísimo tiempo libre para dedicar a mi familia y, especialmente, al pequeño de la casa. Futuro pescador en potencia… que, con solo 4 añitos, observa y se interesa por todo lo que tiene que ver con cañas, carretes, moscas o señuelos, pregunta y refleja en sus ojos un veneno que solo se ha comenzado a despertar.

Tiempo para re-conocer a familia y amigos, al menos para conocerlos de una forma diferente a la que estábamos acostumbrados. Es en estos momentos cuando surgen nuevas formas de comunicación, de interactuar con las personas con las que antes mantenías una relación completamente distinta. Han sido 2 meses de videollamadas en grupo, de grupos de wassap, de skype, de directos de facebook e instagram, de uso de todas las tecnologías que nos han permitido redescubrir a los que nos rodean. Si algo puedo decir, es que, hoy por hoy, soy más y mejor amigo de mis amigos que hace dos meses.

¿Y la pesca? Pues, pasado el shock y golpe inicial, he tenido que, en primer lugar, aprender a relativizar la importancia de no poder pescar en el contexto sanitario que atraviesa este país y, en segundo lugar, me he tenido que plantear la mejor forma de extraer la «parte positiva» de no poder practicar la pesca activa… finalmente, la respuesta ha llegado con la oportunidad de mejorar y profundizar en un aspecto que siempre me ha gustado y hacía tiempo tenía olvidado. Dada por «perdida» la temporada en agua salada, puesto que no podré acercarme al mar en unos meses, el agua dulce y, concretamente las horas en el torno de montaje, han pasado a ser un habitual en mi tiempo libre.

A atar moscas se aprende atándolas… no hay más secreto. Si, es cierto, atar moscas es un arte para el que no todo el mundo tiene las aptitudes ni la paciencia necesaria, no todo el mundo se puede convertir en maestro montador… pero cualquier pescador tiene la capacidad de atar moscas de forma más que aceptable dedicando a ello una cantidad de tiempo razonable. En mi caso, y pese a que hace años que monto todas las moscas y ninfas que utilizo, el atado nunca ha ocupado más hayá del tiempo imprescindible para montar aquello que voy a utilizar. Rápido y efectivo… nada más.

Tener tiempo disponible me ha dado la oportunidad para dedicarle al montaje de moscas la atención que las prisas, nunca hasta ahora, me han dejado. He aprendido a disfrutar de los ratos de torno y a dejar a un lado el pragmatismo y la velocidad para abstraerme y centrarme en los detalles y en las proporciones. Moscas más delicadas, más equilibradas y estéticas. ¿Son más efectivas? En la estricta realidad, quien sabe… opinable, cómo casi todo, pero si partimos del hecho de que «la perfección» la juzga un animal, el acabado estético, a nuestros ojos, claramente, carece de la importancia que le presuponemos… lo que desde nuestro punto de vista puede ser la representación perfecta de un insecto, para una trucha puede ser todo lo contrario… y viceversa.

En nuestra mente, en cambio, sí lo son… es un hecho empíricamente constadado (nótese la ironía) que las moscas que rayan la perfección estética pescan más… no lo creo, con lo que si estoy indudablemente de acuerdo, es con que la condición fundamenal y estrictamente necesaria para que una mosca engañe a un pez es que, previamente, haya engañado al ojo del pescador que la va a utilizar. Si a la persona en cuestión le gusta la mosca que está utilizando, si tiene confianza en ella, podeis estar seguros de que esa mosca será mucho más efectiva que cualquier otra que no goce de tanta simpatía. Dicho esto, estoy plenamente convencido de que cualquier pescador con mejores aptitudes que las mías, pescará más que yo independientemente de la mosca que utilice para ello…

Si me piden «ordenar» por relevancia los factores que influyen en que una trucha tome o no una mosca, la secuencia «posición con respecto al pez- posada- diámetro del terminal- longitud del bajo- mosca» deja muy a las claras que, en mi opinión, habiendo desarrollado esa secuencia correctamente, en un porcentaje muy alto de las ocasiones, la trucha tomará la mosca que tengamos atada, independientemente de la mosca en sí. Es cuando, habiendo hecho todo lo anterior de la forma correcta, damos con el pez resabiado de turno y la mosca pasa a ser algo determinante… más si cabe si tenemos en cuenta que, habitualmente, nos va a dar una sola oportunidad, dos a lo sumo… y sí, siempre es el pez más grande y el que, si conseguimos capturar, recordaremos durante mucho tiempo.

Por tanto… la mosca es determinante en situaciones concretas, en tablas muy lentas, en el caso de peces muy pinchados… moscas en tamaños habitualmente muy pequeños, que «naveguen» cómo deben, delicadas y bien montadas… son, en este caso, un factor importante para engañar a peces que ya han visto de todo y recuerdan muy bien malas experiencias pasadas.

Hoy, ya es posible pescar, en esta «FASE 1 de la desescalada sanitaria» proceso que está llamado a conducirnos a la «nueva normalidad», curioso nombre para definir un estado en el que, la «anormalidad», ha pasado a ser lo que domina nuestro día a día… Con ganas de pisar el río, sin olvidar, que cientos de pescadores que, cómo yo, esperaban el día de la apertura, ya no están y no lo volverán a pisar jamás… pero con muchas más ganas de ver a mi familia, a mis amigos y a todos los que este camino a la «nueva normalidad» me impide ver.

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2 comentarios en «Al torno. Camino a la «Nueva Normalidad»»

  1. Han sido meses un tanto agónicos, aunque ahora se empieza a ver la luz. Todavía quedan cosas para retomar la vida de antes. Solo espero que lo que llegue no te condicione a seguir en tus proyectos o a escribir en tu espacio. Todo es válido para un «pescador». Las anécdotas, un dato o la más elaborada entrada sobre los quironómidos.
    Creo que lo más positivo, además de ser más amigo de tus amigos, es que el peque de la casa ha disfrutado más tiempo contigo, lo cual no tiene precio.
    Ojalá que pronto volvamos a la normalidad y que haya opción de tomar una cerveza, después de una jornada de pesca.

    Saludos Óscar.

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    • Lo más importante, sin duda, es la cerveza Jose… para todo lo demás ya habrá tiempo. Ojalá esto nos cambie cómo sociedad, aunque no soy demasiado optimista al respecto.
      Un abrazo amigo,

      Responder

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