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KRID LifetimeFishing - Spinning




PIKE ON THE FLY: GUÍA PARA PRINCIPIANTES. MONSTRUOS DE RÍO A MOSCA.

Si hay alguien que sabe de pescar lucios y muskies (la variedad de mayor tamaño y más difícil de capturar) a mosca, esos, sin duda, son los canadienses, con sus miles de ríos, lagos y «lodges de pesca» especializados, así cómo los finlandeses y los escandinavos (Noruega, Suecia y Dinamarca). El famoso «Northerm Pike»o «Lucio Norteño»… también en las Islas Británicas y en los Países Bajos… lugar, este último, donde la existencia de toda una red de canales de drenaje, los famosos «Polders«, accesibles, fáciles de pescar y, lo más importante, con una muy buena población de lucios, han facilitado el que aumente, cada vez más, el número de pescadores que se aventuran a a capturar, con caña de mosca, al depredador que se sienta en la cumbre de la cadena alimentaria.

En España, lograr un gran lucio a mosca, en el cauce de un río, es bastante más difícil… al menos en los que yo frecuento. En primer lugar, porque solo las hembras de la especie alcanzan tallas superiores al metro de longitud… y, en segundo lugar porque, para ello, necesitan sobrepasar, de media, los 10-12 años de vida. Son peces que no abundan en absoluto… localizar y capturar un pez de 2 cifras en un río, requiere de mucha dedicación y una buena dósis de suerte. Más factible es hacerlo en aguas embalsadas, siendo, sin duda, Extremadura (Cíjara, Orellana, La Serena o García Sola) la Meca y lugar de peregrinación de miles de pescadores que buscan este «cromo» cada año, aunque, también en estos embalses, los grandes ejemplares son, cada vez más, menos frecuentes, claro ejemplo de ello es el caso del embalse de Orellana, que hoy en día y debido a una gran mortandad de peces en los últimos años, ha visto reducida drásticamente su población de Lucio. Si el cómo lograrlo es un factor que os resulta irrelevante y priorizais el resultado, desde luego, intentarlo con una caña de spinning o casting, en profundidad, desde barca o pato, os brindará más opciones de encontrar el pez que todos desean. Que nadie se lleve a engaño… en ningún momento quiero minusvalorar la emoción o la dificultad de capturar estos peces de cualquier otra forma que no sea con una caña de mosca… yo mismo los pesco a spinning durante una buena temporada del año… no me queda otra si quiero pescar en los períodos en los que los cauces son impracticables con caña de mosca. Me gusta… y, de hecho, me llena probar infinidad de señuelos, acciones y movimientos para tratar de entender el comportamiento tan variable de estos peces… bastante más caprichoso de lo que me imaginaba cuando, años atrás, comencé a dedicarles horas.

Siendo claro, sin embargo, «el mérito es subjetivo, la técnica no». En mi opinión, cómo en el caso de todas las demás especies que pesco o he pescado mediante ámbas modalidades, intentarlo de infantería, recorriendo cauce u orilla con la caña de mosca en la mano, es ostensiblemente más difícil. Además de contar con las dificultades de técnicas cómo el casting y spinning, sumamos otros factores a la ecuación. El propio manejo del equipo y de grandes y pesados streamers, el caudal del río en cuestión y la profundidad del cauce, la imposibilidad de pescar rodeado de obstáculos que impiden el lanzado, el tipo de línea que seleccionemos y una distancia de acción limitada a 20 o 25m. Todo ello hace que la sensación de una captura a mosca sea, sin duda, incomparable a cualquier otra.

Quizás, lo más destacable de un lucio, a mosca, sea su picada. Exceptuando los pozos, que pescaremos con líneas de mayor o menor hundimiento, en el cauce normal de un río, prácticamente todos los ataques se producen en diagonal, desde abajo, y a corta distancia de la película de agua. Ver las temibles fauces de uno de estos peces salir de la nada y atacar nuestra mosca con violencia, levantando una cortina de agua, es una sensación increíble, muy diferente, por ejemplo, a una picada en profundidad con un pikie. Son tipos de pesca que, al menos a mí, me aportan cosas muy diferentes. En la pesca con mosca, la motivación comienza en casa, en un día frío y lluvióso, sentado delante del torno de montaje, probando materiales, colores y patrones para intentar vestir y dotar de vida a un simple anzuelo, imaginando su movimiento en el agua, el tipo de recogida y su aerodinámica durante el lanzamiento. Ya en el río, con la propia técnica que supone el manejo del equipo, en la dificultad de «leer» correctamente el cauce para identificar las posturas de los peces, la de conseguir presentar de la forma adecuada el streamer correcto en esas posturas para que se produzca el ataque y, finalmente, en luchar el pez con las limitaciones propias que tiene un equipo de estas características. En la pesca con señuelos duros o blandos, para mí, lo más importante y lo más motivador es llegar a entender como piensa el pez en función de las condiciones del entorno, que señuelo utilizar en cada caso y, especialmente en el caso de los lucios, adaptar el peso y la «flotabilidad» del señuelo, el movimiento y el tipo de recogida a cada situación. Son peces estos que, en función de la temperatura del agua y de la época del año, demuestran un comportamiento muy variable en cuanto a patrones de ataque. Del ataque sin miramientos a un señuelo, al «te ignoro por completo» en franjas de tiempo ridículas.

Centrados en su captura con mosca, cada vez más, recibo preguntas en cuanto al equipo y técnica a utilizar, al tipo y montaje de streamers y en cuanto a los mejores lugares para intentarlo, quizás porque, desde hace unos 4 años, cada temporada les dedico muchas más horas, por lo que he decidido plasmar esas respuestas en una pequeña guía práctica que sirva cómo punto de partida a cualquier pescador novel, válida, en un principio, para la zona y ríos que yo pesco… probablemente de aplicación, casi en su totalidad, en otras zonas (al menos del norte de España)… pero no es algo que haya comprobado. No soy un «experto» en la pesca de Lucios con mosca, no lo soy… soy un completo autodidacta que saca conclusiones en base al método empírico de prueba y error, alguien que, un día, decidió ampliar horizontes e ir más allá de los salmónidos, descubriendo que existe todo un mundo de especies ahí fuera, en agua dulce y salada, esperando a ser capturadas con una vara de sedal pesado. Nadie me ha enseñado nada de lo aquí escrito… cómo habitualmente suelo decir, esto es lo que hago yo y lo que me funciona a mí (y los resultados que lo demuestran)… mi consejo es que, si hacéis u os funciona algo diferente, no dejéis de hacerlo… sin importar lo que yo escriba aquí o cualquier otro os diga.

A ojos cerrados. Si me tengo que quedar con un periodo predilecto para pescar Lucios con equipo de mosca, los meses de Septiembre y Octubre son, sin duda, los que, a mí, me han resultado más productivos. En un año con pluviometría normal, el nivel del cauce es todavía bajo, al encontrarnos al comienzo del Otoño, lo que nos permitirá disfrutar de grandes tramos vadeables . Por otra parte, con el inicio de la lluvias, la reducción de las horas de luz y la intensidad de la radiación solar, la temperatura del agua baja unos cuantos grados y, consecuentemente, las especies depredadoras se activan. Quizás no sea la temporada más fructífera en cuanto a tamaño de capturas, pero lo será en cuanto a cantidad.

No comprendo muy bien el porqué, parece existir «un mantra» que vincula la pesca del Lucio, casi en exclusiva, a la temporada invernal… no obstante, a nivel personal, discrepo de esta relación directa. El frío para quien lo quiera. Esto no es Escandinavia… y, los lucios que pescamos hoy en día, son ya, los descendientes lejanos de aquellos que fueron introducidos en nuestros ríos en 1949… hace ya más de 70 años. Están completamente adaptados a nuestro clima y a las características físico-químicas de agua y entorno. Es cierto que, el invierno, trae de la mano una mayor probabilidad de cruzarnos con una hembra de gran tamaño, sin embargo, mientras las condiciones del cauce nos lo permitan, al menos en ríos que beben de la Cordillera Cantábrica, es totalmente factible pescar estos peces a lo largo de todo el año con continuidad, incluso en pleno verano, aprovechándo las zonas más profundas y de mayor cobertura durante las primeras y últimas horas del día.

La temperatura del agua influye directamente en la actividad de cualquier especie depredadora y, si bien es cierto que el Lucio es un pez que prefiere agua fresca y condiciones bajas de luz, existe un determinado valor por debajo del cual limitará su actividad y reducirá su alimentación. Soy de la opinión de que, con una temperatura de agua inferior a los 6-7ºC, es muy difícil hacer picar a uno de estos peces si no es situando el señuelo muy cerca de su boca… y, en los ríos que frecuento, fundamentalmente el Esla, que bebe de la falda de Picos de Europa, y el Órbigo, es habitual encontrarnos con secciones de cauce congelado y temperaturas de agua muy bajas por la acumulación de nieve a lo largo del invierno. Insistiendo mucho y tocando los lugares adecuados se capturan peces… pero no es una tarea fácil en absoluto.

La temperatura del agua es un factor que está intrinsecamente relacionado con el funcionamiento del ciclo metabólico de cualquier pez y, por supuesto, de un Lucio. De forma sencilla, el frío hace que un Lucio necesite comer menos para mantener su nivel de energía estable. Su organismo se ralentiza, por lo que la cantidad de calorías que consume diariamente tambien lo hace. Este factor es el que propicia que estos peces «engorden» en invierno de forma previa a la temporada de freza. No es que incrementen su frecuencia de alimentación, es que comer lo mismo, o incluso menos, es suficiente para ganar peso. Ejemplo gráfico: Si «me incho a comer» cada día, pero salgo a correr dos horas, probablemente no gane peso… sin embargo, incluso comiendo algo menos, si dejo de correr… es fácil imaginar el resultado.

Finalizada la época invernal y el período de freza, a finales del mes de Marzo, Abril e incluso Mayo, si la altura del cauce lo permite, gozaremos de otro momento clave para lograr capturas de forma consistente. En este período del año, sí se puede decir que se produce un incremento en la frecuencia de alimentación. Los peces precisan recuperar la energía y peso perdido en la época de freza y las condiciones de luz y temperatura harán que se muestren muy dispuestos a atacar cualquier engaño que situemos cerca de su posición. ¿Dónde? Siempre en los tramos de agua más parada y, a ser posible, con vegetación, lugares predilectos para realizar emboscadas y atacar a sus presas. Para pescar a mosca, salvo que la orilla esté despejada, nos tocará vadear el cauce lanzando a todas aquellas posturas susceptibles de albergar un ejemplar.

Troncos hundidos, juncales, matorrales, zonas de ovas… son, todos estos, lugares clave en los que depositar nuestro streamer y esperar que se produzca una picada. No necesariamente tenemos que lanzar en largo para conseguir la picada de un Lucio. Abarcar la mayor superficie posible ayuda… por una simple cuestión de estadística, sin embargo, es mas importante lanzar al lugar adecuado que lanzar en largo. Con mucha frecuencia, los peces se encuentran en zonas muy poco profundas, por lo que comenzar pescando en corto zonas cercanas a la orilla suele ser una buena decisión.

Caña:

Lo más polivalente es una vara de 9 pies y línea 9, aunque, si practicamos la pesca exclusivamente en río, una línea 8, e incluso una línea 7, podrían llegar a servirnos. Digamos que una línea 9 es la opción que cubre el 100% del espectro de situaciones que nos podemos encontrar en cualquier jornada de Lucio, en esto, desde mi punto de vista, es mejor pasarse que quedarse corto. La 9, es una línea que nos da la posibilidad de realizar lances largos manejando streamers muy voluminosos, para los que líneas mas livianas quizás se queden escasas. Intentar proyectar un streamer articulado, de 18, 20 o, incluso 25 cm de longitud, con una línea inferior a una 8, es una tarea titánica que tiene cómo único resultado un brazo y hombro dolorido. Cierto es también que cada caña es un mundo… y la forma de «tarar» la numeración de línea de cada marca difiere. Podemos encontrarnos en el mercado líneas inferiores de una marca con similar potencia a líneas superiores de otra. Lo único cierto y lo que quiero transmitir, es que el tipo y tamaño de mosca es un factor determinante a la hora hacer nuestra selección. De decidirnos por un equipo liviano, tendremos que adaptar el tamaño de los señuelos y limitar nuestros escenarios de pesca. Streamers más cortos, que ofrezcan menos resistencia al viento, y de menos peso.

 

Carbono, fibra de vidrio… acción de punta, rápida o progresiva… es una decisión personal que habrá que tomar en función de las sensaciones que, nosotros mismos, prioricemos cómo pescadores. En nada se parece pescar con un blank de carbono a pescar con glass y, pese a que la utilización de blanks de carbono es muy mayoritaria, el glass sigue teniendo, hoy en día, un público fiel . Independientemente de la opción con la que nos quedemos pasado el tiempo, inicialmente, no es necesario invertir una suma de dinero «elevada» para hacernos con un equipo de lucio, algunas marcas incluso cuentan en sus catálogos con «Kits de iniciación», con «todo lo necesario» (caña- línea- carrete) para poder dar nuestros primeros lances.

¿Valen la pena? Cómo en cualquier práctica, si esto va más allá de una ocurrencia, si le váis a dedicar horas de verdad, mi consejo es que os olvideís de ellos. Son equipos para eso… para pegar «20 lances» en unas condiciones concretas y un «escenario ideal», pero, si pretendéis utilizarlos con asiduidad, pronto descubriréis qué, o bien la caña se os queda corta, o la línea no os sirve para vuestra zona de pesca o solo para una zona muy limitada de ella… Existen muchas opciones en el mercado (incluso en el de segunda mano) para, por un poco más, hacernos con un equipo económico y de decente calidad.

Si, ya hemos decidido que esto nos gusta y que el tiempo que vamos a invertir buscando lucios u otros depredadores va a ser relevante a lo largo del año, por supuesto, existen opciones para hacernos con caña y, en general, equipo de gama media-alta o alta…  un equipo que puede llegar a rondar, desde los 700-900€, hasta los 1200 o 1500. Cañas cómo la SAGE PIKE (para muchos la mejor caña de Lucio que existe), la SAGE PAYLOAD o la VISION BIG DADDY, por nombrar algunas, son cañas de altas prestaciones. En mi caso, tiene cierto sentido invertir en cañas y equipos de cierta calidad, puesto que dedico muchas jornadas a lo largo del año y utilizo equipos con idénticas características para pescar depredadores de agua dulce y de agua salada… por lo que,  optando por material compatible con ambos escenarios, evito una doble inversión. MAXIA RODS TC Custom 9#9 y ORVIS CLEARWATER 9#9 son, actualmente, mis cañas para depredadores.

Carrete:

Desde mi punto de vista, en lo que respecta exclusivamente a estos depredadores, cualquier carrete de mosca medianamente aceptable y capaz de albergar la numeración de línea correspondiente sirve. Es decir, si se va a utilizar exclusivamente para pescar lucio, no existen necesidades especiales en cuanto al freno ni en cuanto a la corrosión, más allá de las mínimas estándar con las que ya cuenta cualquier carrete de agua dulce del mercado hoy en día. No esperéis carreras consistentes de muchos metros, ni luchas interminables, ni llegar a ver el backing saliendo por las anillas de la caña… ojalá fuese así.

Estos peces pelean, yo mismo he mantenido peleas «duras» con lucios entrados en Kg… pero, en general, son peces que se caracterizan más por arrancadas cortas y explosivas en superficie que por mantenerse obstinadamente en el fondo tratando de extraer la línea de nuestra bobina. En la mayor parte de los casos, la lucha se disputará con la línea en la mano y, con algo de pericia, será suficiente para que acabe en buen puerto. Dentro de lo posible optaremos por bobinas Large Arbor, lo que nos permitirá recogidas más rápidas y dotar de menos memoria a la línea, y un freno medianamente progresivo, que nos podría servir de ayuda en el caso de dar con un pez que presente una batalla más dura de lo esperado.

Backing:

Cómo os adelanto en el punto anterior, el backing, en este caso, quizás sirva más cómo base para rellenar parcialmente la bobina que cómo resguardo a la hora de pelear con los peces. La cantidad dependerá, fundamentalmente, del tipo de bobina de la que dispongamos y de la resistencia en lbs del backing (diámetro). Una  bobina «Large Arbor» necesitará menos cantidad que una estándar. Lo habitual será emplear en torno a 50m de Dracon. Una resistencia de 30lbs es más que suficiente.

Líneas:

Sin ninguna duda, es el elemento más importante del equipo, por encima del carrete o de la caña que utilicemos para moverla. Lá linea, además de la caña, es el factor que nos va a permitir mover según que tipo de moscas, proyectarlas a una distancia considerable y situarlas en la capa de agua elegida, marcando la diferencia entre conseguir o no capturas. ¿Cómo elegirla? Sin duda más complicado hace unos años, lo cierto es que cada temporada el catálogo de las marcas en cuanto a líneas dedicadas a la pesca de depredadores se amplía y, hoy por hoy, casí todas las marcas incluyen en su catálogo alguna línea desarrollada de forma específica para la pesca de Lucio, no obstante, elegir la mejor opción para nuestro escenario y tipo de pesca concreto no siempre es sencillo. Podemos decantarnos por la opción tradicional de línea completa o, por el contrario, optar por un sistema «Skagit«, es decir, un sistema hecho a medida y formado por una cabeza lanzadora (Commando Head), unida a un running de monofilamento (Lazar Line), dimensionado de acuerdo a «la potencia» de la cabeza en cuestión. El montaje se termina con un Tip, intercambiable, con el grado de hundimiento deseado, lo que nos da la posibilidad de cambiar la configuración de nuestro setup de forma muy rápida y eficiente.

Es probable que los pescadores «más puristas y clásicos» os miren «con desprecio» por utilizar un Skagit… ¡Pecado! ¡La perversión de la pesca con mosca!! … desde luego, es una técnica que se aparta ligeramente del «arte tradicional» y más clásico de lanzado para cañas de una mano, en mi opinión es, sin embargo, quizás, la mayor o una de las mayores innovaciones en la pesca con mosca contemporánea, en lo que a pescar depredadores con cañas de una mano se refiere.

Quizás, OPST (Olympic Peninsula Skagit Tactics), sea el fabricante más conocido en nuestro país que comercializa este sistema, aunque, en el mercado, podemos encontrar, con facilidad, cabezas lanzadoras de varias marcas. La técnica de lanzado es completamente diferente a la utilizada con una línea clásica, siendo el Skagit un sistema que nos permite alcanzar grandes distancias con poco esfuerzo… no obstante, en mi opinión, no es el sistema más adecuado para comenzar a dar nuestros primeros pasos (especialmente si se trata del caso de un pescador que no haya manejado antes líneas clásicas), además de tener algún inconveniente a la hora de manejar streamers a corta distancia,  siendo una línea estándar la mejor opción para empezar a practicar este tipo de pesca.

Cómo paso intermedio entre un «Skagit clásico» y una línea completa, podemos encontrarnos con las «Skagit Smooth», tambien de OPST, siendo este el sistema que más utilizo actualmente. Una Commando Head de 250 grains soldada directamente en fábrica al running, eliminando dos loops del montaje y permitiéndonos pescar en corto sin problemas. Cómo bajos de línea, utilizo Tips de hundimiendo S2 (riffle) y S4 (run) de 7,5″.

Centrándonos en las opciones clásicas, la elección de una línea quizás sea la parte más complicada a la hora de configurar un equipo. Lo siento, no existe una respuesta simple y corta… la elección va a depender, al 100%, del tipo de cauce que pesquemos y de la profundidad a la que pretendamos presentar nuestra mosca. Lo ideal sería conseguir 3 líneas diferentes (Intermedia (S2) – S3 – S7), sin embargo, si, inicialmente, solo tenemos la posibilidad de hacernos con una, la S3 es la opción que cubrirá un mayor % de escenarios. Con una velocidad de hundimiento de entre 7 y 10cm por segundo, es la opción de conjunto más adecuada para pescar aguas someras de entre 1 y 1,5m de profundidad y aguas ligeramente más profundas, hasta los 3m, teniendo en cuenta que estos peces son depredadores que suelen atacar sus presas desde abajo, por lo que no siempre es necesario presentar los streamers en el fondo. ¿Y las flotantes? Yo no las utilizo, lo cual no significa necesariamente que no sea una opción válida en determinados escenarios… especialmente en los períodos en los que los peces se encuentran muy activos y un diver o un popper, justo en la pelicula de agua, puede dar lugar a lances espectaculares.

Personalmente, me decanto por líneas intermedias de punta hundida o flotantes de punta hundida (desde mi punto de vista las más polivalentes).  La punta hundida, nos ayudará a situar los streamer en la capa de agua adecuada, mientras que el running y taper flotante nos facilitarán el proceso de lanzado y evitarán enredos con maleza y ovas del cauce, especialmente si no utilizamos devanadora (recomendable hacerlo). Elegiremos opciones WF con una cabeza lanzadora cónica lo más corta y agresiva posible, habitualmente entre los 8 y 10m, cuanto más corta y agresiva es la cabeza, más masa se concentra y más energía se transporta, es decir, más capacidad para proyectar en largo moscas de gran tamaño. Las RIO Outbond Short in Touch y las Airflo Forty+ Sniper S3 (estas últimas son las que yo más utilizo), son muy buenas opciones.

Bajo de línea:

Tremendo tema de discusión…  Algo que puede parecer muy sencillo, cuenta con multitud de opciones posibles y, por tanto, opiniones diferentes. Mi recomendación al respecto es la misma que para cualquier bajo de pesca a mosca y que para cualquier especie, «Utiliza el bajo más corto y simple posible que te permita pescar» Ya sean truchas, barbos, carpas o lucios, cuanto más largo es el bajo que utilizamos, más dificil es controlar el movimiento de la línea en el aire, más difícil es estirar el bajo y más difícil es hacer una presentación correcta. «Si no existe la necesidad de pescar con un bajo largo… no lo hagas». Existen situaciones, especialmente con otras especies, en las que, debido al dragado, al entorno o a la selectividad de los peces, no tendremos más remedio que alargar el bajo y reducir el diametro de nuestro terminal… pero este no es el caso.

¿Cual es la longitud idonea? Bien, pescando con líneas clásicas y cañas de 9 pies, yo no utilizaría bajos de más de 7,5′ de largo, especialmente con líneas de punta hundida o intermedias. Un bajo simple y adecuado para el lucio, desde mi punto de vista, es el conformado por un primer tramo de alrededor de 80 o 90 cm de monofilamento de 0,50 o 0,60 mm, un segundo tramo de 50cm de monofilamento o fluorocarbono de 0,40mm, que actua cómo «fusible» si en algún momento engachamos la mosca y nos vemos obligados a romper, y un tramo final de unos 40cm de fluorocarbono de 0,70- 0,80mm o shock tippet de 40lb. Por supuesto, podeis usar, para este último tramo, los típicos bajos de acero. Yo, personalmente, después de haberlos utilizado un tiempo, los he descartado. No los uso y no me gustan. Prefiero perder un pez por rotura de vez en cuando que perder picadas, especialmente cuando los peces con más tendencia a cortar el bajo son los de menor tamaño y los más reacios a picar suelen ser los más grandes.

¿Cómo se unen los diferentes tramos? La primera unión con la línea ha de realizarse utilizando un «Loop to Loop«, lazada contra lazada. Hacerlo de otra forma, podría deteriorar el extremo de la linea al trabajar bajo tensión.  Para ello, no tenemos más que realizar un «Perfect Loop» en uno de los extremos de nuestro primer tramo. Para la unión entre los diferentes tramos del propio bajo, en estos diámetros, lo más recomendable, desde mi punto de vista, es es un «Blood Knot» o un «Doble Uni». Normalmente con 6 u 8 vueltas es más que suficiente para obtener una unión sólida. Es importante lubricar perfectamente los tramos en el momento de tensionar los nudos para no llevarnos ningún disgusto.

Para la unión del terminal y la mosca, particularmente, soy muy vago… y, con la cantidad de veces que cambio de streamer en una jornada, soy partidario de las grapas de spinning. En la actualidad, existe una gran variedad de grapas muy discretas y con una capacidad de resistencia enorme. Para mi, en este aspecto, prima la rapidez y comodidad frente a la presentación. Si deseais una unión sin grapa, el nudo Rapala es el más adecuado para atar cualquier streamer a un terminal.

El lucio es, con mucha probabilidad, el depredador más letal que podemos encontrarnos en agua dulce… un sprinter (el pez de agua dulce con la tasa de aceleración más alta) que se alimenta de casi cualquier ser vivo que tenga la desgracia de encontrarse en su radio de acción. Peces, ranas, ratones, aves acuáticas… incluso, con mucha frecuencia, otros lucios de menor tamaño que no sean lo suficientemente rápidos y/o listos. Al igual que voraz, es frío, inteligente, paciente y calculador, capaz de mantenerse completamente inmóvil durante horas a la espera de una oportunidad.

Cúando se trata de atar una mosca para lucio, las posibilidades son casi infinitas, existen miles ya inventadas y otras miles pendientes de inventar… sin embargo, y cómo sucede en el caso de los señuelos utilizados en casting y/o spinning, el tipo de streamer, su tamaño y la coloración a utilizar son aspectos que siguen unas reglas básicas, basadas en factores que están directamente relacionados con la luminosidad, la profundidad y la temperatura y claridad del agua. Se podría caer en la tentación de pensar que, dada su agresividad y voracidad, la mosca es lo de menos, sin embargo, no es así. Debemos tener presente que es un depredador que caza apoyándose, de forma prioritaria, en el sentido de la vista, y factores cómo coloración, flotabilidad y movilidad son importantes. No obstante, y pese a que suelo seguir las directrices que voy a detallar a continuación, estos peces siempre son una sorpresa. Su caracter agresivo, pero, al mismo tiempo caprichoso, les lleva a desarrollar patrones de comportamiento que se alejan, muchas veces, del «modus operandi» típico.

Los streamer, en su concepción, suelen ser imitaciones del pez pasto del que se alimentan los depredadores de nuestra zona de pesca.  Peces enfermos, heridos o con dificultades de natación… son aspectos en los que debemos pensar en el torno de montaje y que el Lucio debe percibir al ver la mosca y su nado errático. De forma habitual, streamers con una longitud de entre 12 y 20cm con patrones de montaje que incluyan colores cómo olivas, azules, grises, blanco o platedo, con trazas de rojo, serán los que dominen un porcentaje bastante alto de nuestras imitaciones, sin embargo, siempre hay lugar para la fantasía… y yo, particularmente, soy un entusiasta de los fluoros y, tanto los tonos amarillos cómo los naranjas, suelen darme muy buenos resultados.

Tipos de montaje existen cientos, materiales miles… a mi forma de ver, la meta última de la pesca con mosca de cualquier especie, siempre debería ser la de capturar peces con las moscas o streamers montados por uno mismo, esta es, para mí, la esencia final de esta técnica… y no me imagino una satisfación o desafío mayor, no obstante, reconozco que puede llegar a ser un proceso «difícil» al principio y, sobre todo, puede llegar a ser muy caro. Con el conocimiento limitado de cualquier pescador que comienza a introducirse en el montaje de streamers y el exceso de posibilidades disponibles en el mercado, especialmente online, podemos llegar a malgastar mucho dinero en materiales a los que no lleguemos a sacar el partido deseado. Mi consejo, para evitarlo, es que, inicialmente, por simplicidad y coste, descartéis el montaje de moscas de tubo (cada vez más utilizadas) y los montajes complicados, muchos articulados de doble anzuelo, y os centréis en patrones sencillos y estándar de anzuelo simple. Los zonkers de conejo, por ejemplo, o los minnows de fibras sintéticas, son moscas muy efectivas y que se atan con 3 o 4 materiales y otros tantos colores. Suficiente para comenzar a tener resultados positivos e introducirnos poco a poco en desafíos mayores. Otra buena opción es la de adquirir en el mercado moscas ya montadas… al menos al principio. Esto nos da la posibilidad de probar opciones diferentes en acción de pesca a un coste razonable, para, posteriormente, basar nuestros propios montajes en lo experimentado. En el mercado existen montadores de altisimo nivel, nacional e internacionalmente e, inevitablemente, de empezar a introducirnos en el montaje de streamers para estos depredadores, acabaremos escuchando hablar hasta la saciedad de los patrones (y de sus variantes de montaje) de Bob Popovics (Bulkhead Deceiver, Hollow Fleye, Beast Fleye…), de Blane Chocklett (Game Changer) o de Brad Bohen (Buford), asi cómo de otros grandes montadores cómo Paul Monaghan, Gunnar Brammer, Steve May o Niklaus Bauer… por nombrar alguno de los más conocidos a los que sigo. A nivel nacional, Juan Antonio Santos, así cómo Nacho Heredero, David Romanillos, Jorge García Huertes, Cesar Tardío o Javier Peña… son maestros montadores en los que fijarse y de los cuáles, en ciertos casos, es posible adquirir sus creaciones.

En función de la luminosidad:

La cantidad de luz está, desde mi punto de vista, directamente relacionada con la «cantidad de brillos» a introducir en el proceso de montaje de nuestros streamers.  En días soleados de finales de verano y principios de otoño, es cuando mayor rendimiento obtendremos de los streamers abundantes en brillos y reflejos. Suelo desechar la utilización de muchos brillos en temporada invernal, por un motivo muy simple. Debemos tener en cuenta el tipo de alimentación de nuestro objetivo. En los ríos que frecuento, si nos acercamos a la orilla en los meses de Septiembre y Octubre, podremos ver grandes bancos de alburnos brillando con la luz solar y, muy posiblemente, si hay algún Lucio en las inmediaciones, los veremos saltar en superficie de forma repentina. Con la aparición de nieve y la bajada de temperaturas, si nos acercamos al mismo tramo de río en los meses de Diciembre y Enero, casí con seguridad, no veremos ni uno de esos bancos de peces. Si queremos extraer la máxima efectividad posible de nuestras imitaciones, será en esta temporada cuando debamos «abusar» de los brillos. Cualquier señuelo que resulte apetecible y más llamativo que un alburno real será atacado sin piedad.

En los días fríos, predominantemente nublados o de baja luminosidad, de pleno invierno, optaremos, mayoritariamente, por patrones naturales a los que casi siempre es aconsejable añadir «toques» con materiales  de montaje fluorescentes, los denominados glow. En la actualidad, nos encontramos de forma habitual con una oferta amplia de materiales de montaje que, en condiciones de baja luminosidad, emiten luz. Este tipo de materiales resultan muy adecuados para el montaje de moscas de lucio y tienen una gran efectividad.

En función de la visibilidad del agua:

La pesca a mosca, más que cualquier otra, es muy visual. Un streamer, es un engaño que no emite grandes vibraciones, especialmente si los comparamos con las emitidas por los demás tipos de señuelos artificiales. El uso de la linea lateral de los depredadores para localizarlos tiene menos peso que en otras técnicas, por lo que el contraste, la naturalidad o el movimiento son factores a tener muy en cuenta en cada situación de pesca. 

Con condiciones de agua clara, optaremos por patrones de montaje naturales, tratando de imitar, en la medida de lo posible, la coloración de las presas habituales de nuestro objetivo. Si, por el contrario, la turbidez del agua dificulta la visivilidad, optaremos por introducir detalles vistosos en el montaje que hagan que, sin dejar de ser naturales, sean más fáciles de ser localizados por los depredadores.

En condiciones de agua de completa turbidez, nos lo jugaremos todo a la carta de montajes grandes, muy llamativos y con mucho contraste. Pese a que pueda parece estraño, los streamers completamente negros, por su gran contraste, funcionan muy bien en estas condiciones. Montajes atrigados, grandes lunares laterales sobre un cuerpo claro… trataremos fundamentalmente de dibujar una silueta reconocible y que incite a ser atacada.

En función de la profundidad:

Cómo pescadores, ya no solo pescando a mosca, debemos tener muy en cuenta  que la forma en la que nosotros percibimos los colores no es la misma en la que estos son percibidos por los peces. En función de la profundidad, los colores se perciben de forma diferente. Quizás, este aspecto, no es de especial relevancia pescando en el cauce de un río, puesto que raramente nos iremos por debajo de los 3-4 m de profundidad, no obstante, de hacerlo, tenemos que considerar que un streamer de color rojo, por ejemplo, pasa completamente desapercibido a partir de los 6m, y que, además, ha ido variando su tono a partir de los 2m hasta entonces.

Los colores azules, verdes, negros y blancos son los más adecuados para pescar en profundidad, puesto que continuarán reflejando su color original y serán un buen punto de referencia a la hora de introducir detalles en nuestros montajes que llamen la atención de un depredador. El mismo patrón de montaje, por lo tanto, llevará detalles de color diferentes en función de la profundidad a la que va a ser utilizado.

Tamaño:

No soy un entusiasta de los grandes streamer articulados, mi opinión sobre ellos es que tienen más inconvenientes que ventajas. La primera y más evidente es que son más difíciles de lanzar que los streamer de anzuelo simple. Ofrecen mucha resistencia aerodinámica, por lo que controlarlos y lograr proyectarlos correctamente no es sencillo, por otra parte, es cierto que tienen mayor movilidad, sin embargo, dudo realmente que, en los ríos que frecuento, sean más efectivos que otros streamer de menor tamaño… a no ser que nos encontremos pescando en condiciones de agua turbia, condiciones en las que, evidentemente, una mosca de mayor tamaño tendrá más oportunidades de ser localizada y atacada por un depredador. Una cosa si está clara, al menos en mi caso. Generalmente, los lucios de mayor tamaño muestran más interes por los streamer grandes. Es cierto que la agresividad de estos peces les lleva a tacar señuelos enormes en relación a su tamaño, no vamos a dejar de recibir picadas de peces pequeños por el hecho de utilizar moscas de gran tamaño, pero, al utilizarlas, muchas veces llamaremos la atención de peces grandes que, ante moscas más pequeñas, no hubiesen reaccionado.

Si hay algún lugar donde, desde mi punto de vista, los grandes streamer demuestran su efectividad por encima de los demás, es en el torno de montaje, atrapando a más montadores que peces. Particularmente, me apasiona el montaje de estas grandes moscas. Montajes laboriosos, muchos de los cuales combinan una «lista infinita» de materiales, montajes largos y con un grado de dificultad moderado. «Obras de arte» que te mantienen enfrascado en el torno largo tiempo y que, llegado el momento, incluso sientes pena de usar por temor a su deterioro.

Si tengo que apostar por un tamaño, prefiero los streamer montados en un solo anzuelo 4/0 o 6/0, de 15 a 17cm cómo máximo, o, de optar por montajes articulados, los formados por dos anzuelos de menor tamaño, (1/0, 2/0 y 3/0). Desde mi punto de vista, son señuelos muy polivalentes y válidos para, practicamente, el total de las situaciones.

Materiales:

El montaje de una mosca o streamer de lucio puede complicarse tanto cómo pretenda aquel que la está montando. Cómo decía con anterioridad y en base a mi propia experiencia, si te dejas llevar «te arruínas». Existen «moscas para pescar», montadas con 3-4 materiales, humildes y muy simples, cómo la inmensa mayoría de las mías, y también, «moscas para fotografíar», que también pescan… con variantes infinitas de materiales, colores y patrones de montaje. Desde mi punto de vista, es importante no intentar abarcar demasiado… Poco a poco y paso a paso. Elegid uno o dos tipos diferentes y sencillos de mosca y limitaos a ellas. Para aprender a correr, primero hay que aprender a andar correctamente. Si, desde el principio, pretendéis montar 20 tipos diferentes de streamer, comprando 40 tipos diferentes de materiales en otros tantos colores, lo único que conseguiréis es tener unos cuantos cientos de €€ menos en el bolsillo y un montón de material inservible en casa. Uno no se convierte en Paul Monaghan o en Nacho Heredero por arte de magia… aprender a montar moscas de este tipo es un proceso que lleva tiempo, que implica muchas horas de torno y muchas «creaciones fallidas».

Si buscamos un balance perfecto entre efectividad, sencillez y velocidad de montaje, yo me quedo con los zonker de conejo. Agradecido, se monta muy rápido y es barato y efectivo. Tambien es relativamente fácil de lanzar. Fuera del agua «se apelmaza» y ofrece poca resistencia aerodinamica, en comparación a algunos materiales sintéticos que, si bien es cierto no pesan, no es menos cierto que, al no reducir su volumen, tienen una aerodinámica horrible. Articulados o no… en este caso, suelo utilizar bastante un patrón articulado de dos anzuelos. 2/0 en la parte delantera y 1/0 en la parte trasera. Un conjunto «ligero» y no muy largo montado exclusivamente con una tira de zonker de conejo, Craft Fur y Polar Chenille de fibra larga. Variando colores, conseguimos un abanico amplio de opciones con el que pescar, practicamente, en cualquier situación. En el caso de los zonker, también utilizo mucho los «Montajes Offset», bien sea con anzuelos específicos, cómo el Ahrex PR378, o anzuelos texas estándar modificados para ello.

Si tengo que quedarme con una sola opción, un tipo de streamer favorito, el más recurrido, en el que más confío y ,por lo tanto, el que me dá más resultados, es el llamado «Minnow» o «Baitfish», montado en anzuelo simple 4/0 o 6/0, Ahrex Predator Stinger PR320 o Partridge Universal Predator… también, por qué no, cómo en el caso de los zonkers, en anzuelo texas u offset. Ligeramente más laborioso que un zonker, se puede montar siguiendo diferentes métodos, utilizando, en exclusiva, fibras sintéticas, naturales o combinaciones de ámbas. Nayat o Icelandic Sheep, Slinky o EP Fibers y un poco de flash, para añadir brillos, es cuanto se necesita para hacernos con una buena cantidad de streamers sencillos y efectivos.

Si no estoy pescando con un minnow, casi con seguridad lo estaré haciendo con un «Bulkhead Deceiver», especialmente cuando realizo una pesca lenta y quiero desplazar agua. Admite multitud de materiales y de variantes, sin embargo, la base en casi todos ellos, es uno de los materiales más utilizados para la confección de moscas de Lucio, especialmente las de gran tamaño, el «Bucktail». Pelo natural proveniente de la cola de gamo, que se tiñe en un abanico de colores muy amplio. Resistente y duradero es el material natural perfecto para aportar volumen sin peso a todos nuestros montajes. Hoy por hoy, podría decirse que es el material que más utilizo en mis moscas.

 

Si algo bueno tiene pescar en río con respecto a hacerlo en en aguas embalsadas, dentro de la dificultad que entraña, es que, con horas de pesca, el río acaba siendo «un escenario previsible». Los apostaderos, las zonas de paso… «leer» un determinado tramo e identificar los puntos clave en los que esperar una picada, acaba siendo algo intuitivo. Con el tiempo, el valor y la efectividad de los lances aumenta, así cómo la seguridad de que, obteniendo picadas o no, estamos lanzando a los puntos adecuados.

Con toda probabilidad, pescando con caña de mosca, nos va a tocar vadear.  Esta será la única forma de contar con opciones realistas de lograr capturas de forma consistente, exceptuando la existencia de tramos de orilla completamente libres de vegetación, muy escasos, por no decir prácticamente inexistentes en mi zona de pesca. Intentaremos desplazarnos por las zonas de mayor velocidad de desplazamiento de agua, normalmente, las zonas con menos probabilidad de albergar peces. Realizando lances a las zonas más profundas y remansadas, siempre que sea posible en perpendicular al cauce y aguas abajo, recuperando el streamer a contracorriente, aprovechándonos de la ventaja de dejar el streamer inmóvil y seguir pescando por el simple efecto que la corriente ejerce sobre él. Dada la gran movilidad de los materiales con los que se atan y su escaso peso, incluso en zonas muy remasadas, permiten recogidas extremadamente lentas sin perder su acción… y este aspecto es fundamental, de forma muy marcada en invierno, para lograr capturas. Mucha acción a muy baja velocidad.

De forma general, prefiero las recogidas lentas, con paradas más o menos largas, en función de la época del año y la temperatura del agua. Con aguas muy frías, líneas de hundimiento más lento, tirones cortos y muy espaciados en el tiempo. En cauces más templados, líneas de hundimiento mayor, jerks más largos y menos espaciados, pero, siempre, intercalando paradas. Habitualmente, será en la arrancada, cuando se produzcan la mayor parte de las picadas… la cual suele ser violenta. En muchas ocasiones, muerden con tal agresividad que se clavan por si mismos, no obstante, no hay razón para ser cuidadoso. Estamos pescando con un terminal grueso y un anzuelo 2, 4 o 6/0… clavad con fuerza y decisión. Si está bien clavado no va a partir y, si no lo está, una buena clavada puede salvar el pez.

Lo más habitual es que suba «pronto» a superficie… no son peces estos que tiendan a refugiarse en la profundidad de un pozo buscando ramas o piedras del fondo, aunque los hay. Mantened la tensión en la línea y trabajadlo, cediendo o recogiendo línea, hasta que se mantenga «inmovil» en superficie. En este momento, un salabre adecuado con red de goma es la mejor de las opciones… coger un lucio, directamente con con las manos, es una operación que entraña riesgos y que no es, para nada, aconsejable… no obstante, de tener que hacerlo, con mucho cuidado, introduciremos la mano entre el opérculo y las agallas (teniendo mucho cuidado de no tocarlas), en el punto más cercano a la mandibula del pez, para evitar hacerle y hacernos daño. Es importante sujetarlo con firmeza y sin dudar… a la primera, especialmente cuando se trata de peces de un tamaño ya salientable. Es muy habitual que el pez tienda a retorcerse al sentirse sujeto. Si no lo hemos cogido con la suficiente firmeza, podemos hacernos mucho daño. Las heridas producidas por un Lucio son delicadas… su mandíbula, el paladar, las agallas… todo está cubierto de dientes y púas… además de una mucosa anticoagulante que dificulta muchísimo detener la hemorragia de cualquier herida que nos llevemos de recuerdo durante su manipulación. Botiquín… siempre aconsejable en cualquier jornada de pesca, imprescindible en las jornadas de lucio.

Una vez sujeto en firme , debemos manipularlos y tratarlos con el mayor mimo, cuidado y respeto. Un solo fallo y podemos llevarnos una herida importante de recuerdo… por un procedimiento que, al fin y al cabo, con un mínimo de práctica y cuidado, es muy sencillo. Solo hay un par de «reglas de oro» que debemos mantener siempre presentes. Uno: «Que tu mano nunca sobrepase la comisura de la mandíbula de un Lucio» y Dos: «Nunca intentes desanzuelar el pez directamente con las manos». Siguiendo estas reglas todo debería ir bien. Pese a su apariencia robusta y agresiva son peces bastante delicados. Tómate tiempo para oxigenarlo y recuperarlo en condiciones… hacerse una foto, grabar un video… no tiene que ser impedimento para que el pez vuelva al agua con todas las garantías de supervivencia… para que otra persona, o nosotros mismos, podamos volvar a disfrutar de su captura en el futuro.

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6 comentarios en «PIKE ON THE FLY: GUÍA PARA PRINCIPIANTES. MONSTRUOS DE RÍO A MOSCA.»

  1. Lo leeré con calma y llegado el momento lo aplicaré. O también puedo invitarme a unas cañas y ya me cuentas jejeje.
    A ver si en breve hay opción de ir a las luciopercas, que seguro que te apetece.
    Saludos

    Responder
    • Yo me dejo invitar a cañas cuando quieras… pero no salgo barato… ya te aviso jajaj. Cuenta conmigo para ir a visitar a las chupasangres!!

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  2. Buenas,

    Me estoy iniciando en este tipo de pesca, la única diferencia es que, por suerte o desgracia, el habitual mio es un embalse a 5minutos de casa que no da muchas capturas.

    Me ha parecido un articulo digno de ser publicado en cualquier revista de renombre: un contenido que abarca todos esos detalles que faltan a la hora de iniciarse, y una prosa admirable, muy elaborada. Se nota que a parte de dedicarle tiempo a los lucios, y por supuesto al torno, le has dedicado también tiempo al texto.

    Has ganado un nuevo suscriptor del blog, y probablemente siga investigando tu blog para conseguir entender este mundillo, que para mi es como el esquí de travesía, «el lado oscuro de la pesca»

    Un saludo

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    • Muchas gracias Arkaitz,

      Mi habitual son entre 120 y 150 km de ida y otro tanto de vuelta cada fin de semana… jajaj.
      Muchas gracias por tu valoración, escribir es algo que me gusta y me relaja, me ayuda a ordenar ideas y a profundizar en muchos aspectos que, de otra forma, pasaría por alto. Si, además, a alguién le parece interesante invertir su tiempo en leerlo, me siento más que satisfecho.

      Un saludo amigo,

      Responder

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