Dicen que nunca llovió que no escampase… pero madre mía lo que ha tardado esta temporada en escampar… llegado el 15 de Octubre, fecha de cierre de la temporada de salmónidos en León, cómo cada año para mí, se dió el pistoletazo de salida a la temporada de pesca de depredadores de agua dulce… a poder ser con caña de mosca, siempre que los caudales te respeten mínimamente para ello… sin embargo, a día de hoy y dada ya la temporada por concluída, COVID-19 mediante, ha sido completamente imposible. Yendo más lejos, no solo con caña de mosca ha sido imposible, es que, incluso con equipos de spinning, evitando los vadeos, pescar ha sido complicado.
Los ríos Órbigo y Esla son las dos opciones que manejamos, a distancia de trayecto razonable, entre 1 y 1,5h, para intentar localizar estos peces en el río… y, si ya la pasada temporada, meteorologicamente, fué pésima, este otoño – invierno, estos dos nombres, han estado asociados, de forma casi permanente, a los términos crecida y desbordamiento…
El río Esla llegó a albergar un caudal, en el mes de Diciembre y a la altura del medidor instalado en Benavente, de 645m3/s… multiplicando por más de 20 veces el «caudal pescable». El Órbigo llegó a los 155m3/s a la altura de Santa Marina del Rey (muy por encima del tramo no truchero abierto a lo largo de todo el año)… más de 15 veces el caudal mínimo para plantearte, minimamente, acercarte a sus orillas con una caña de spinning.
Tal cantidad de agua en tan poco tiempo, te hace incluso considerar la opción de que no quede ni rastro de vida, una vez que la lluvia cesa, el cauce desciende y compruebas la imagen lunar y apocalíptica que muestra el río. Agua embarrada, vegetación arrancada de cuajo, árboles y tocones cruzados por todos lados… los pozos de otros años ahora son raseras, las raseras pozos… miles y miles de m3 de tierra, grava y piedras que se han desplazado cientos de metros… ¿Cómo podría sobrevivir cualquier pez en estas condiciones?
Sorprendentemente sobreviven… a duras penas, pero todavía quedan Lucios en los ríos. Muchísimos menos que antaño y en progresión vertiginosa hacia una existencia casi testimonial, pero todavía es factible encontrarlos invirtiendo esfuerzo, horas y muchos lances en ello. Quizás suene exagerado, quizás en otros ríos y en otras latitudes la situación sea diametralmente opuesta… al fin y al cabo, no hace más de cuatro años que comencé a interesarme por estos peces… pero si algo es cierto, es que la densidad de población hace tan solo eso, cuatro años, era moderadamente superior. De forma muy marcada en ejemplares de mediana y pequeña talla, los cuales parecen tener una capacidad menor para sobrellevar las variaciones desmedidas de caudal que soportan estos ríos y, principalmente, el Esla.
Ya hace años que es difícil dar con lucios de gran tamaño en el cauce de los ríos… al menos en los ríos que me tocan cerca. Los embalses, con mayor profundidad, una mayor concentración de pez pasto disponible y con aguas «estancadas» son lugares más querenciosos para que estos peces alcancen tallas por encima de la media, sin embargo, pese a escasear los peces de gran tamaño, hasta no hace demasiado tiempo, en el Esla eran muy factibles jornadas de seis o siete peces, de mediano y pequeño tamaño, que «compensaban» la dificultad y las horas dedicadas a buscar ese pez soñado, jornadas que hoy en día me parecen pura ciencia ficción. Muchísimos bolos, jornadas de una captura, de dos peces a lo sumo… son el día a día de los dos últimos años.
Asumiendo, de partida, que encontrar peces es complicado, al menos, mi intención es dar con las pocas hembras de gran tamaño que queden… y en eso estamos. Hablando claro: Mi principal aliciente, pescando lucios a spinnning, es buscar peces de la mayor talla posible, cercanos o por encima de las dos cifras. Asumiendo que las picadas van a ser testimoniales, los esfuerzos se centran en todas aquellas zonas querenciosas de albergar un pez de estas características. Por el camino, por supuesto, picadas de «lapiceros» y de peces de tamaño medio, pero no son el objetivo. Otra cosa muy diferente es pescarlos a mosca, modalidad en la que, para mi, lo de menos, casi es el pez.
Finalizada la temporada, hemos tenido 5 picadas de peces se puedan incluir dentro de estos parámetros… eso es todo. Muchos días y muchas horas dedicadas para 5 peces a repartir entre 2 compañeros. Dos peces de Marcos y tres peces míos, de los cuales yo perdí uno en la lucha, un gran pez que partió el señuelo duro con los dientes (no es broma), y Marcos perdió otro, al zafarse el pez tras cortarle el bajo. Con todo, ha sido una temporada que doy por buena, muchísimo mejor que la pasada, en la que hemos podido ver unos cuantos peces decentes y disfrutar de un número mayor de picadas.
A diferencia de temporadas pasadas, hemos utilizado en mayor medida los jerkbaits SP y SF que los vinilos plomados, con y sin ratling… manejándolos muuuuy despacio, con jerks muy cortos y paradas muy largas que, facilmente, se pueden ir por encima de los 4 o 5s. La utilización o no de ratling, en mi opinión, no sigue una pauta clara, o, al menos yo, no he sido capaz de identificar un patrón. Ciertos días prefieren el ratling y, ciertos días, muestran una predilección clara por las opciones que no emiten sonido. En general, en la época del año que dedico a su pesca, lo normal es encontrarse con peces muy parados, por las bajas temperaturas del agua y por la proximidad de la época de freza. Su pesca llega a ser tan lenta que, para mí, es incluso desesperante.
¿Señuelos? Lo más polivalente, desde mi punto de vista, son los suspending de 130mm, teniendo en cuenta el escenario, la profundidad y el tipo de equipos que utilizo. Varas de spinning ML hasta los 25-30g, desde los 7 a los 8,5′, emparejadas con carretes tamaño 3000 y 4000. Desde mi punto de vista, probablemente, una de las mejores opciones para disfrutar de las picadas y la lucha de estos peces. Todavía no me ha dado por los equipos de casting y los swimbaits pesados… y dudo que me de por utilizarlos a corto plazo, aunque reconozco que, no pocas veces, me tienta la idea… es lo que me faltaba para acabar de volverme loco, que me diagnostiquen y me encierren…
Muchas opciones en el mercado, de todas las que he probado hasta ahora, os dejo mis preferidas, casi siempre en color blanco o en diferentes libreas naturales, incluyendo dos opciones con ratling y dos opciones silenciosas, señuelos con los que, en mi opinión, se cubre, practicamente, el total de situaciones que podemos encontrarnos, habitualmente, pescando Lucios en río. Utilizando señuelos de vinilo en situaciones concretas, cómo complemento, para así llegar a cubrir el 100% del tiempo de pesca con garantías.
JACKALL RERANGE 130mm SP (21,5g) (Silencioso):
Esteticamente muy parecido al Mogul Minnow de Bassday, es, mi opinión, uno de los jerks suspending más efectivos que he probado hasta la fecha, al menos en lo que a pescar Lucios se refiere y en temporada invernal y de prefreza. Incorpora un sistema de transferencia de pesos denominado «TG Zero Friction», basado en un pistón recubierto de una capa de fluorine, que disminuye el rozamiento e incrementa, consecuentemente, la eficiencia en el desplazamiento. Operativamente «similar» al sistema LBO de Megabass, al menos, en cuanto a su comportamiento y al sonido que emite el pistón al desplazarse en la acción de lance. Funciona igual de bien, con lances largos y mucha estabilidad de vuelo, incluso en condiciones de viento.
Desplazamiento de nado en torno a 1,2m bajo la superficie, cuerpo alto y comprimido, con dos caras «planas» que generán destellos con cada twitch, al mismo tiempo que el señuelo desarrolla una acción de darting muy marcada. Paradas muy atractivas, en las cuales el sueñuelo adquiere una posición de ligera diagonal, con la cabeza en la posición más baja. Catalogado cómo señuelo SP, en realidad es un SF muy ligero, es decir, asciende de forma casi imperceptible a la superficie en las paradas, algo que, en mi opinión, resulta mortal para los Lucios y para muchísimos otros depredadores… armado de tres anzuelos triples Nº4 Gamakatsu de altisima calidad, en mi opinión, es una opción muy buena y a tener en cuenta para utilizar en SW… para mi lo tiene todo.
ZIPBAITS ORBIT 130mm SP (24,7g) (Silencioso):
Con seguridad el menos conocido… desde mi punto de vista, el mejor jerkbait suspending que he probado. Al Igual que el Jackall, incorpora un sistema magnético de transferencia de pesos de pistón, en este caso conocido cómo «Mag Drive» y cuya carga es de Tungsteno. Incluye tambien una bola fija de latón en la cabeza que actúa cómo contrapeso. En realidad mide 133mm y, con sus casi 25g, la eficiencia en el lance es bestial… quizás sea el jerkbait, de esta talla, más lanzador que ha pasado por mis manos.
Desarrollo de nado ligeramente más somero que el del Rerange, entre los 0,8 y 1m de profundidad, wobbling cerrado en recogida lineal y apenas rolling… estos señuelos «no son para cazear», es casi en parado y con jerks cortos, cuando adquiere los movimientos y apariencia de una presa viva. A pesar de haber intentado informarme, no tengo información sobre los triples, muy potentes, de lo que estoy seguro es que no han sido pensados para capturar «pececillos». Al igual que el Jackall, o incluso más en este caso, me parece una opción muy buena para SW, sustituyendo los triples por unos específicos. Estéticamente es un señuelo muy logrado, el color #817 (Kanto Real Wakasagi) es la representación en potencia de un pez peón. Con semejante lance y acción será, sin ninguna duda, una bomba con la lubina.
OSP RUDRA 130mm SP (20g) (Ratling):
Disponible en opción SP (suspending), pero tambien en opción MSF (slow floating), orientada a la pesca en zonas someras. En su versión SP, quizás sea, junto con el Rerange y el Mogul Minnow, uno de los jerkbaits de 130mm más conocidos y utilizados en la pesca de Black Bass, llegando a la calificación de señuelo «de culto» entre sus pescadores. Cómo en casi todos los jerks, el cuerpo es alto y comprimido lateralmente, un diseño que potencia el nado errático y los destellos (rolling) en cada tirón. Cómo «señuelo ruidoso», no entra dentro de mis preferencias cómo señuelo de SW, sin embargo, hay un periodo del año, finalizada la época de freza de la lubina, en la que un señuelo con ratling cómo este, será un imán para los peces que buscan alimentarse desesperadamente con la intención de recuperar el peso perdido. Nada profundo, llegando a cotas de 1,5 o 2m por debajo de la superficie, y lanza bien, aunque ni se acerca a las distancias logradas con señuelos que montan STM de pistón, tales cómo el Regange o, mucho menos, el Orbit. En este caso, el STM es el de bolas y canal de desplazamiento, operativo pero mucho menos eficiente que los ya nombrados.
Monta triples específicos para agua dulce, de muy buena calidad, de hecho y en mi opinión, son mas resistentes a la corrosión y, al menos, tan potentes cómo muchos otros triples específicos para un uso SW… habiendoles visto aguantar varios lucios, por encima o cercanos a las 2 cifras, sin deformarse.
Cómo cualquier otro señuelo suspending de agua dulce, el Rudra SP, utilizado en SW, automáticamente se transforma en floating o en slow floating, por lo que, de querer manterlo cómo SP, será necesario armarlo de triples más pesados que los que monta de serie. Owner ST56 TN (3X), por ejemplo, o Gamakatsu RB, de dureza M o H (al gusto del consumidor).
En lo que a su efectividad en agua dulce se refiere, es indiscutible. Tiendo a utilizarlo con aguas tomadas, cómo cualquier otro señuelo con ratling, aunque me da dado picadas tambien en días soleados y aguas cristalinas… de ahi que no sea capaz de establecer una pauta clara, acción-reacción, de los lucios al respecto. Lo que si es cierto, es que, indudablemente y en días concretos, he constatado una clara preferencia por una u otra opción.
YKR ROLL 130mm SP (21g) (Ratling):
De reciente lanzamiento, particularmente, no encuentro diferencias entre este señuelo y el RUDRA de OSP. Tanto estética cómo funcionalmente, son, en esencia, iguales… salvo por, evidentemente, el precio que debemos pagar por su adquisición, aproximadamente un 50% menor, y la diferencia de 1g de peso de esta versión con respecto al Rudra de OSP.
Misma capacidad de lance (el STM es idéntico), misma acción rolling-wobbling, mismo comportamiento en los jerks, idénticos triples y misma efectividad con los peces. A pesar de haber prestado especial atención a ello, tampoco he encontrado diferencias palpables en cuanto a la durabilidad de los acabados o a la integridad del propio artificial. Siendo los lucios una especie que castiga muchísimo los señuelos, este me ha sorprendido muy positivamente. Lo utilizo bastante… aunque, cómo pescador, tiendo a cambiar de señuelo muchas veces a lo largo de la duración de la jornada. En el caso de mi compañero Marcos, sin embargo, es al 95%, el único señuelo que utiliza en todas nuestras salidas de pesca. En dos colores, «White Extreme» y «Brown Light», obteniendo muy buenos resultados.
Hasta aquí esta temporada finalizada de forma atípica, por un virus que, mucho me temo, está lejos de tener el origen y procedencia que nos han contado… un virus que, tristemente, se va a cobrar muchas vidas, inocentes que nada saben y tienen que ver con todo esto. Hoy yo me encuentro en casa, por suerte trabajando todavía, hasta que ya sea insostenible seguir haciéndolo, en un despacho improvisado… a salvo y con mi familia… hasta que me toque, porque que nadie dude que antes o después nos acabará tocando a todos. Espero que, cuando suceda, solventarlo sea tan fácil cómo ponerse una vacuna para algo que nunca debería hacer existido.
Cuidaos mucho y sed responsables… los peces volverán y, lo importante es que todos podamos estar ahí para volver a disfrutar de ellos.
Un abrazo,