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A pié de torno… cada décima cuenta. First steeps tying flies.

Que la mosca perfecta no pesca es algo que oído decir en infinidad de ocasiones… por lo que seguir al pie de la letra lo aquí escrito no es garantía de éxito, no obstante, tenerlo en la cabeza es fundamental durante el proceso de montaje de nuestras imitaciones. Si bien, no hace falta echar mano de un escalímetro, es importante que las proporciones de las diferentes partes de una mosca sigan un patrón lo más parecido posible a la realidad del insecto que pretendemos imitar.

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Para todos aquellos que deseáis comenzar a atar vuestras propias moscas, haré referencia en estas lineas á imagos, tanto de ephémeras cómo de tricópteros y plecópteros, es decir, su versión adulta y, consecuentemente, la imitación en mosca seca. En el caso del montaje de ninfas, las proporciones son un factor menos determinante. Las diferentes partes del cuerpo, en estado larvario, tienen una gran variabilidad, por lo que, prácticamente, «da igual» que no imitémos fielmente a un tipo de ninfa, casi seguro que lo que hemos montado se parece a otra en la que ni siquiera habíamos pensado.

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En el caso de la «versión seca», las proporciones sí son de vital importancia, influyendo en la forma de navegar de la mosca, en su presentación, en su flotabilidad y, en definitiva, en la «representación de la realidad» que empujará a una trucha a tomarla o no. Personalmente, no encuentro mayor placer en la pesca a mosca, que el que me otorga engañar a una trucha «difícil» que se ceba en aguas paradas y que ya me ha rechazado dos o tres veces. Puedo pasarme horas sin moverme y haciendo cambios infinitos de mosca y terminal hasta conseguir que tome lo que le estoy ofreciendo… o no… en cuyo caso me voy para casa pensando en diferentes montajes y estrategias para volver a intentarlo el próximo día.

Existen unas «reglas básicas» que deben respetarse, especialmente por todos aquellos que se inician en el atado de moscas. No os liéis con montajes complicados. Cuando «aprendes» a montar (lo digo por experiencia propia), las ganas de explorar y llenar cajas con miles de variantes son incontrolables. Comparandum, Paraloop, Shuttlecock, Klinkhammer…

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El mejor consejo que me han dado y que puedo daros a todos los que comenzáis en esto del montaje, es que abarquéis poco. Un libro: «Moscas para la pesca», de Rafael del Pozo, (la biblia de la pesca con mosca) y ephémeras, ephémeras y más ephémeras (versión estándar)… aceptando, además, que las primeras 100 son para tirar (es broma… en corrientes rápidas si que pescan jeje).

Prporciones ephemera

En el caso de las ephémeras, la longitud de los cercos (A) debe ser igual a la longitud de la tija del anzuelo (la longitud del cuerpo). Si la longitud de los cercos es mayor, la mosca navegará placada en el agua, si es menor, lo hará en una posición demasiado elevada con respecto a la superficie.

Captura

La longitud de las alas (B), desde su eje, debe ser igual a la longitud del abdomen. En el caso del hackle (C), su longitud debe ser 1/3 de A.

Baetis Rhodani real

El cuerpo debe tener forma ligeramente cónica, desde los cercos hasta el abdomen. Es importante no pasarse en el grosor, el exceso de material resta realismo e incide negativamente en la flotabilidad de la mosca. Hay una frase famosa, conocida por todos los montadores de moscas, que dice que, en moscas cuyo cuerpo se hace con dubbing, «Escoge la mitad del dubbing que crees que vas a necesitar, saca la mitad de este y, entonces, tendrás, mas o menos, el doble del dubbing que necesitas para montar la mosca». El exceso de material es el error más común de todos los que, en algún momento, comenzarón a atar moscas. Demasiados cercos, demasiado dubbing, demasiada pluma, demasiado hackle, demasiados nudos… por lo que yo, casi extendería la regla del dubbing a todos los materiales utilizados. Creedme, una mosca aumenta exponencialmente su efectividad cuanto menos material somos capaces de emplear en su elaboración.

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Las proporciones anteriores, con pequeñas variaciones, abarcan las seguidas por una fracción muy importante de todas las ephémeras que pueblan nuestros ríos, no obstante, cómo véis en la imagen anterior, podremos observar ephémeras que estén muy lejos de seguirlas. Las reglas de montaje estándar son válidas, cómo punto de partida, a la hora de iniciarse en el montaje. A partir de estas reglas, cada pescador tendrá que adaptar sus montajes a cada río, al tipo de insectos que quiere imitar y a sus gustos particulares. Personalmente, por ejemplo, me gusta pescar con moscas que navegan muy placadas al agua, por lo que no utilizo, salvo en casos muy específicos, el hackle de colgadera de gallo y lo elimino o lo sustituyo por un falso hackle de CDC o careta de liebre.

Proporciones tricopteroEn el caso de los tricópteros, la regla es mucho más sencilla. Básicamente, nos fijaremos en que «el tejadillo» sobresalga en la parte trasera 1/3 de la longitud del cuerpo o de la tija del anzuelo (B= 2/3A). Existe muy poca variación entre especies (se conocen de 7.000 a 10.000), por lo que siguiendo la regla siempre estaremos muy cerca de imitar fielmente la realidad.

Trico

El cuerpo de los tricópteros, al contrario que el de las ephémeras, comienza con un engrosamiento en la parte trasera del abdomen y va reduciendo el diámetro de sus segmentos (2 genitales + 8) hacia el tórax. El número de segmentos no tiene mayor importancia, no creo que una trucha se ponga a contarlos (yo, la mayor parte de las veces, no los brinco), pero, en el caso de utilizar brinca, el mismo trabajo da darle 6 que 8 vueltas. Si podemos aproximar la imitación a la realidad… ¿por qué no?

Si estáis empezando en el montaje, los «tricos» son otra buena opción «para practicar». Un tricóptero de CDC es una de las moscas más fáciles, rápida de montar y efectiva, especialmente pescando «al agua», que os vais a encontrar. El mayor error de principiante, cómo ocurre en el caso de las ephémeras, es el exceso de material, que dará problemas a la hora de hacer la cabeza y rematar la mosca. Con una pluma para el cuerpo y dos para el tejadillo es más que suficiente.

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Por último, a veces olvidados, pero no menos importantes, nos encontramos en el género de los plecópteros. Responsables, en mi caso, de jornadas inolvidables, especialmente en los meses de Septiembre y Octubre. Es una mosca muy específica, no la usaremos en muchas jornadas ni durante mucho tiempo, pero, cuando las truchas se ceban sobre ellos, rechazan por completo cualquier otro tipo de imitación, por lo que, si no contamos con esta variante en la caja, será muy difícil que logremos capturas en esos días.

Dentro de lo que es la Península Ibérica, existen 7 familias fundamentales, no obstante, desde el punto de vista de la práctica de la pesca con mosca, en mi opinión, solo 2 son interesantes. Los Pérlidos y los Leúctridos. Insectos cuya eclosión coincide en el tiempo con la temporada hábil de pesca.

Dentro de cada una de estas dos familias se encuentran los que son, quizás, los plecópteros más conocidos por los pescadores de mosca. Por un lado «Dinocras Cephalotes», un pérlido de gran tamaño, conocido cómo «Mosca de la Piedra» que eclosiona en el mes de Mayo, por otro «Leuctra Fusca», un Leúctrido que eclosiona a finales de verano. Conocido coloquialmente cómo «Pitillo», por su costumbre de enrollar sus alas alrededor del cuerpo cuando se encuentran en reposo.

Plecóptero

Hablando estrictamente del proceso de montaje, no se diferencian en demasía de lo que sería el montaje de un tricóptero, siendo las fases del montaje básicamente las mismas. Salvo en el caso de los plecópteros de gran tamaño, el factor diferencial es el tejadillo,paralelo al cuerpo y recogido sobre el abdomen.

La conclusión es practicar, practicar y practicar. Elegir una mosca «modelo» y tratar de imitarla hasta conseguir un acabado similar. Cómo en todo, no todos tenemos las mismas aptitudes. A unos les lleva más tiempo y a otros menos, habrá montadores que sean buenos casi sin proponérselo y otros a los que les costará mucho tiempo de montaje alcanzar resultados aceptables… pero así pasa en todos los aspectos de la vida. Puede que no os convirtáis en expertos montadores, (yo mismo estoy a años luz de serlo) pero cualquiera puede montar sus propias moscas «resultonas» para pescar con garantías.

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3 comentarios en «A pié de torno… cada décima cuenta. First steeps tying flies.»

  1. Un gran artículo con buenos consejos para el que se inicie en el atado de moscas. Aunque todos sabemos que eso de contenernos con unos pocos patrones al principio, es mucho pedir… todos pasamos por ahí… jejeje

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    • Hola David,
      Todavía tengo alguna caja repleta de «joyas» de mis inicios en el montaje. En aquel entonces me parecían matadoras… jejej.
      Está claro que no se puede correr antes de aprender a andar.
      Un saludo crack,

      Responder
      • Jajaja… yo también las guardo con cariño. De hecho, suelo llevar siempre encima unas pocas, y si la jornada está yendo viento en popa me gusta darles unos minutos de juego para echarme unas risas… sobretodo si engañan a alguna pintona… En cuyo caso suelo replantearme si las moscas de “primera” estaban siendo realmente efectivas o simplemente era un día de esos de “todo vale”

        Un saludo!

        Responder

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