Hace no mucho tiempo que publicaba esta entrada (enlace). En ella os contaba la que ha sido mi primera captura de un lucio a mosca. Después de esta primera ha venido otra más, de un pez más pequeño. Están muy complicados… la ausencia de lluvias y los días claros, provocaron que la temperatura en las jornadas siguientes fuese muy baja, con fortísimas heladas. En río y con tan poca agua, los peces se encuentran inmóviles, prácticamente no se alimentan y muestran muy poca actividad. Con la llegada de las lluvias, el termómetro se suaviza, el cauce sube de nivel y la temperatura del agua también. La temporada pre-freza de los lucios comienza y eso debería marcar un buen período para tentarlos… siempre que las condiciones del cauce permitan lanzarles a mosca, de lo contrario, solo quedará la opción de hacerlo a spinning desde orilla.
En la entrada a la que hacía referencia, os hablaba de una fuerte picada que me cortó el bajo, y me marcaba cómo objetivo volver para localizar a «Big Mama», nombre con el que se conoce popularmente a las grandes hembras de esta especie. Estaba convencido de que alguno de los pozos (imposibles de ser pescados a mosca) que se reparten a lo largo del cauce tenía que albergar un verdadero monstruo…y con la intención de lograrlo volví a por él… no una, si no dos veces.
De la primera jornada en la cual lo intentamos no hay documentos gráficos. Fue este día cuando conseguí la captura de mi segundo ejemplar de lucio a mosca. No era un pez muy grande, aunque me hubiese gustado tirarle unas fotos. Por desgracia, los fallos del directo ocasionaron que se volviese por donde había venido antes de poder fotografiarlo. Me confíe… y el pez simplemente aprovecho la oportunidad para irse.
Cómo últimamente, fue un día de muy poca actividad, por lo que, después de perder este pez, me equipé con la caña de spinning y me dirigí a «mis pozos» para buscar al monstruo… y lo encontré… y daba miedo verlo. jajaja. Si ya es muy complicado conseguir peces de dos dígitos en embalse, encontrarlos en el cauce de un río es un privilegio que se da muy pocas veces. En primer lugar lo intenté con vinilo, pero, debido a la profundidad del pozo, la corriente y la dificultad del lance, era muy complicado conseguir que el señuelo pasase por el punto exacto, a la profundidad exacta y controlando la deriva de la corriente. El pez ni se movía, estaba claro que, o se lo ponía delante de la boca, o no lo iba a coger.
Le pasó varias veces por encima y por los lados y ni caso, por lo que cambié de táctica y me pasé a señuelos duros. Utilicé un Archback de la casa StrikePro, un señuelo que desconocía y que me regaló un buen amigo hace tiempo.
Es un señuelo suspending que profundiza mucho y admite un sinfín de recogidas, llamativo sin resultar poco natural, a mi parecer, muy adecuado para este tipo de depredadores de agua dulce y con muchas posibilidades, por qué no, para la lubina.
Fuí jugando con la velocidad de recogida y el ángulo de lance corriente arriba para que al bajar pasase justo por donde debía… y cuando pasó por donde debía, simplemente abrió la boca y se lo tragó.
¿Que los lucios no luchan? En cuanto clavé se volvió loca. Ver a ese caimán saltar, pelear y retorcerse en el agua hace que te tiemblen las piernas. No se el tiempo que duró… pero básicamente fue hasta que se enfadó de verdad y me arranco el triple del señuelo… adiós. La cara de tonto no tiene precio. Big Mama: 2 – Óscar: 0. Toda una semana lamentando haber perdido el Lucio de mi vida… jaja.
El siguiente fin de semana pedí revancha. 5 bajo 0 y parte del cauce del río con hielo en superficie. Si hay algún pez que se mueva será en un pozo.
A media mañana, cuando el sol empieza a calentar ligeramente me presento en el ring y ahí estaba. Hoy si se mueve, se pasea por las zonas soleadas a media agua. Miro en la caja y veo un señuelo que me traje de Aliexpress.
Tsurinoya (129mm y 14,8g). No lanza demasiado, pero baja mucho y se mueve bien… además monta triples VMC. (Cuando los pruebe en profundidad, haré una entrada junto con otros señuelos low cost que me he traído de China)
Con el primer lance, la reacción es automática. Lo persigue, parece que lo va a atacar y… no lo hace!! En los siguientes lances pasa exactamente lo mismo, simplemente se queda parada delante del señuelo negándose a atacarlo. Pruebo varios señuelos y el resultado es peor… se aburre y desaparece.
Después de un buen rato repitiendo lance, cambio de táctica. Hago un lance río arriba, dejo bajar el señuelo corriente abajo y recupero el señuelo desde el culero del pozo a contra corriente. Las ramas no me dejan ver el señuelo, pero cuando lo tengo delante veo un cabezón que lo persigue… ahí esta de nuevo… o no. Esta es mas pequeña y tiene una dentellada en el lomo. Le paro el señuelo delante, le doy dos toques y se lo traga. Se queda quieta y yo tambien… clavo y empieza el show.
Sacarla del agua fue toda una odisea, primero por la pelea y segundo por estar pescando en una orilla vertical y a un metro por encima del nivel del agua. Cuando conseguí arrimarla tuve que poner la caña detrás mía, agarrar el trenzado con la mano y tumbarme en el suelo para, con una mano sacarle la cabeza del agua y con el bogagrip en la otra agarrarle la mandíbula estirándome al máximo. Una vez con el bogagrip asegurado intenté alzarla arrastrándome hacia atrás. Cuando ya estaba fuera del agua, sacudió la cabeza y partió el bogagrip a la mitad, literalmente, cayendo de nuevo al agua cómo un peso muerto. Por suerte, el señuelo seguía dentro de su boca y no se soltó. Vuelvo a arrimarla y nuevo problema… sin bogagrip no alcanzo a meter la mano en las agallas. Sin pensármelo mucho (si lo pienso no lo hago) me cuelgo de la rama de un árbol que cae encima del río. Con mi peso se arquea y consigo alcanzarla, meter la mano en las agallas y elevarla hasta la orilla.
El estropicio en los dedos con el pez sacudiéndose mientras lo elevo fue considerable, sin embargo no me enteré hasta que un rato después, más tranquilo, me vi la mano cubierta de sangre. Daños colaterales más que bien recibidos.
El pez de estas fotos, siendo un monstruo, no es, por lo tanto, Big Mama. Big Mama es más grande y tiene más mala leche. Big Mama es seguramente la que le ha metido esa dentellada en el lomo. La dueña y señora del pozo que ya gana 3-0 en el cuenteo particular que llevamos.
No se si volverá a estar ahí cuando vuelva. Dentro de poco frezará y se moverá desde el pozo a aguas más someras. No se si tendré la oportunidad de volver a verla o pelear con ella. Antes de irnos a casa fuimos a echar un ultimo vistazo y pude verla de nuevo, tranquila, segura de si misma. Me he llevado el premio de consolación… y vaya premio, un pez que no olvidaré en toda mi vida… pero ya me estoy preparando para el siguiente asalto.
Vaya becerro!!!!
De los buenos. Si no los encontramos en agua salada, hay que buscarlos en agua dulce jeje
Apufff! Como sera big mama tio. Mi madre, tremenda locura Oscar! Jajajaj. Vaya aventura colega. Yeahh! ? comparto con tu permiso
Gracias crack. A ver si consigo enseñarla algún día de estos.
Un saludo!!
Si no es esa, otra Big Mama rondará en algún pozo.
Por ahora, esta te ha valido para saber cómo se las gastan.
Deseando clavar uno a mosca por tu culpa jejeje.
Saludos y enhorabuena.
Si lo deseas no tardarás en hacerlo, estoy seguro. Un abrazo crack
Hola:
Esos señuelos de aliexpress (Tsurinoya 129mm y 14,8 g), los habia visto pero no me he decidido todavia a comprarles. ¿Que tal iran para las lubinas del Cantabrico?
Los tienen tambien en mas medida y peso.
Un saludo.
Hola Angel,
Gracias por pasarte y comentar. Estos todavía no los he probado en mar, no me ha dado tiempo. Ir seguro que van bien… a mi me han sorprendido mucho en cuanto a su acción. En cuanto a los acabados… pues no son muy buenos. Son lo que son… señuelos chinos baratos (con buenos triples), no obstante, mientras tengan una durabilidad aceptable, por el precio tampoco se puede pedir demasiado.
Un saludo y a darles caña a las lubinas cantábricas.