Está claro que haberlas hailas…pero pocas, muy pocas. En esto, o disfrutas del simple hecho de ir a pescar, o mejor buscate otro hobby. Evitarás un gasto de dinero importante y muchas decepciones. Vienen en oleadas. Si das con ellas, pasas un rato muy divertido…si no, te consuelas probando materiales y relajándote…que tampoco está nada mal.

Este fin de semana tocó, cómo cada 3 o 4, visita familiar y visita obligada a «mis posturas». Los lugares que frecuento, últimamente, están en horas bajas. Vivo de «ratonear» en aquellos sitios en los que se seguro que están a base de experiencia de años de buceo y pesca submarina. Hay «zonas calientes» que nunca defraudan, zonas a las que acudir cuando todo lo demás falla y que siempre te dan un pez, una picada o una persecución al menos.

El sábado conseguí robar dos horas de tarde, de 19:00 a 21:00h…es lo que hay…cuando uno es padre y viene de visita, tiene que robarle horas al tiempo para conseguir cuadrar una mini jornada de spinning entre comidas, cenas, abuelos, primos, padrinos y amigos…da igual si la marea está por los suelos, si el mar es un plato o hace un calor del carajo…es lo que tienes y con eso debes arreglarte.

Con este panorama, el sábado me lo jugué todo a la carta de equipo ligero y paseante en una playa muy cercana a casa. Es una postura en la que se que están…pequeñas, (nunca he visto una lubina de más de 2 o 2,5 kg aquí) pero están. Después de años de bucearla, conozco cada canal y cada piedra de memoria. Donde se ponen, donde acechan… cuando todo lo demás te ha fallado,siempre están ellas para darte una alegría.

Los triunfadores de la jornada fueron el Patchinko 100 de Xorus (color Cabot) y el Sparrow 90 de Spanish Lures (color Holographic Needlefish). Son dos señuelos muy diferentes. Quizás el Sparrow sea un señuelo para pescar «más fino» cuando están más difíciles. Tiene un movimiento más natural, por decirlo de alguna forma. El Patchinko, siendo un híbrido de popper y paseante, es mucho más escandaloso y está, desde mi punto de vista, más orientado a levantar peces que ya de por si están en estado de alerta. Si tengo que elegir, quizás me quedaría con el Sparrow por considerarlo más polivalente…

La jornada se saldó con varias lubinas, de las cuales 2 fueron C&R por no estar dentro de lo que yo considero que es una lubina de talla (42cm), y varias sueltas y picadas fallidas que te ponen la adrenalina por las nubes.

Es increíble ver los ataques y cómo el señuelo sale despedido medio metro por encima de la superficie, cae al agua y lo vuelven a atacar…completamente adictivo.

El domingo, con los deberes hechos del sábado, me desperté temprano y salí más lejos buscando algo de espuma. Uno no deja de perseguir en su mente a ese pez XXL…sobretodo cuando, cómo este año, hacerse con uno se vende tan caro. Cuando llegué al lugar elegido, conté 8 pescadores lanzando sus señuelos al agua sin resultados aparentes.

Pensé en moverme y cambiar de zona…pero, finalmente, la pereza pudo más que las ganas, por lo que dediqué un par de horas a probar señuelos, a hacer fotografías y a constatar, hasta que decidí volverme a casa, los 8 capotazos, más el mío propio, de todos los que habíamos decidido salir a buscar a ese gran róbalo que no llega…